El trabajo, la familia, nuestra pareja o nuestros hijos. Falta de amor, ansiedad, inseguridad, frustración....
En nuestros días no es difícil que el ritmo y estilo de vida
modernos acaben pasándonos factura. De alguna forma, las cosas pueden empezar a ir mal.
Tal vez un día, de repente, nuestro esquema vital se viene abajo. Las piezas de nuestra mente se
descolocan. Sentimos que debemos reaccionar.
Quizás pensemos que el tiempo acabará por hacer que los problemas desaparezcan, pero no siempre ocurre, y la
huella que dejan en nosotros puede causar sufrimiento y dolor más duraderos.
La Psicoterapia de tercera
generación es el camino más eficaz de activar nuestra reacción en
positivo.
Nos proporciona, además, las herramientas necesarias para orientar nuestros recursos personales y conseguir "no ir con los problemas", sino afrontarlos con seguridad, generando nuevos espacios de crecimiento personal.